Como le dijo Isabel la Católica a su marido (que igual no lo dijo): “Aprieta, Fernando, que ya va entrando”. Un chiste de sexo seguramente sea la manera más rápida de sacar una carcajada (digo seguramente porque estaría ahí, ahí con un chiste de pedos), pero también es la manera más peligrosa de empezar un monólogo o cualquier creación humorística.
Lógicamente, siempre quieres empezar con buen pie ante la audiencia que te escuche o lea y es muy goloso usar una estructura que te va a generar una risa del tipo:
– ¿Qué es el imperialismo? Un huevo colgando y el otro lo mismo.
– ¿Qué pasa cuando metes un huevo en el microondas? Que te pillas el otro con la puerta.
– Pues yo a mi mujer siempre le hago la comida… y también le cocino.
– O mi favorita: “- Voy a preparar la cena. Abuela, ¿cómo le gustan los huevos?” “- A mí, cuando me rebotan contra el culo”.
Digo que es la manera más peligrosa porque empezar con sal gorda te marca el resto del discurso. Por ejemplo, en un espectáculo actúan Seinfeld y Chiquito de la Calzada, ¿quién hace más gracia al público?
(PAUSA DRAMÁTICA PARA QUE PENSÉIS LA RESPUESTA)
¿Quién hace más gracia al público? Pues depende de quién actúe primero. Si primero sale Seinfeld su discurso será perfecto: fino, elegante, lleno de imágenes visuales divertidas, de chistes trabajados, de juegos de palabras elaborados y Chiquito no gustará por tener otro estilo. Ay, amigo, pero como actúe primero Chiquito, cualquier frase de Seinfeld luego el público la va a acompañar de “cobarde”, “te voy a matar en agosto”… y Seinfeld tendrá menos éxito que unas crudités en casa del Mono Burgos.
Porque marca mucho el cómo empieces y, si empiezas con una burrada, tendrás que ir de ahí para arriba y no lo vas a poder mantener porque un chiste de sexo sólo te vale para un momento puntual en el que la cosa decae (como un gatillazo), pero si quieres hacer una narración completa así te va a quedar burda y te va a costar mucho mantenerla en alto (como un gatillazo)
Por tanto, la clave está en saber en qué momento pones chistes de sexo tales como la subida del IVA en la entrada del cine. ¿Y la subida del IVA es un chiste de sexo? Sí, porque jode bastante.