¿Cómo empiezo a escribir chistes para mi monólogo? Pues no es fácil aunque creas que eres el más gracioso de tu grupo de amigos porque siempre se parten con tu manera de contar las anécdotas y alguien te ha dicho que deberías ser monologuista e ir a la tele porque ‘tú eres más gracioso que los que salen allí’.

La verdad es que cuando se te acaban las anécdotas que contar sobre cómo te ligaste a aquella que tenía un brazo escayolado o cómo en una ocasión te entraron ganas de cagar en una entrevista de trabajo y no te podías aguantar, tienes que empezar a escribir chistes sobre temas ajenos y tienes que crear elementos que hagan reír a espectadores que no son tus amigos. Ahí es donde te encuentras con la barrera de que ya no eres tan gracioso como dicen tus amigos porque nunca has escrito chistes para hacer reír a los demás y eso es otra liga diferente.

Nosotros recomendamos que para ir rompiendo el hielo elijas un tema general, por ejemplo, “ser vegetariano” y hagas una batería de todos los chistes que se te ocurran en torno a ese mundo, a esas personas que no comen carne y las ventajas que le sacan y a todo lo que se te ocurra en relación a lo que se están perdiendo los vegetarianos. Seguramente de ahí sacarás dos o tres chistes o dos o tres situaciones buenas. Pues de todo lo que has escrito quédate con esos dos o tres chistes y ve a por otro tema, porque aunque hayas escrito tres folios de cosas sobre vegetarianos, no intentes ponerlas todas en un monólogo ya que realmente ahí sólo habrá dos o tres chistes buenos, pero si intentas aprovechar todo lo que has escrito en el monólogo, quedarán disueltos entre un montón de paja y no brillarán como se merecen.

Haz esto con varios temas y cuando tengas 5-10 minutos de chistes buenos pruébalos en varios sitios de comedia para ver cómo responde la gente. Eso sí, pruébalos con distintos públicos dos o tres veces antes de quitar el chiste de tu monólogo porque lo que funciona en un sitio, no te funciona en otro, y si estás convencido de que es bueno, pruébalo hasta que el público de varios lugares no se ría y entonces, aunque te duela, tendrás que quitarlo de tu repertorio.

También es verdad que tampoco todo el mundo puede escribir chistes para un monólogo, pero sin embargo los interpreta fenomenal. Así que si te cuesta escribir siempre se lo puedes encargar a un profesional porque unos buenos chistes en tu monólogo te pueden durar años y te permitirán explotar el monólogo en muchas salas durante mucho tiempo. Consúltanos aquí.