Desde que aparecieron los smartphones, y sobre todo, las nuevas aplicaciones de fotos con filtros, es más fácil hacer una foto buena que entrar en la cama de Paris Hilton… y mira que eso parece que cuesta poco. De hecho, desde que apareció Instagram, la gente ya no va a los restaurantes a comer bien sino a pedirle al camarero, que da igual lo que le traiga mientras sea bonito, como es para la foto, luego como si lo tira porque no se lo piensa comer.
Aunque a mí la aplicación que me gusta es Pinterest, porque ahí pones fotos recomendando cosas. Que está por llegar el que use la aplicación sólo para joder, y te ponga fotos de un tartar de atún con anisakis diciendo que está buenísimo para ver si su jefe se apunta a su recomendación y va a ese restaurante.
Por eso, en una sociedad donde se hacen fotos como churros (y de churros, sobre todo si vas a una chocolatería esa foto de mojando el churro no hay Instagram que no la tenga), tienen mucho más valor las fotos elaboradas como las que hemos encontrado en una página y que os ponemos a continuación.
Se llaman “Fotos Perfectamente Sincronizadas” y son como un gorrino: no tienen desperdicio.
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Un comentario en “MONÓLOGO DEL DÍA: fotos sincronizadas”
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