A pesar de que el post de hoy se titule “las pensiones” que nadie se preocupe, que no va de que queremos jubilar al Tata Martino… que ya le darán boleto los socios. Porque los fans de nuestro blog están echando de menos que no hayamos hablado de la eliminación del Barça en la Champions. Pero no vamos a hablar de eso, que ya se encargó el Atlético de dejar en el campo al Tata Martino sin palabras… y mira que es difícil dejar sin palabras a un argentino.

El monólogo de hoy lo hemos llamado “las pensiones” porque se ve que en Estados Unidos los pensionistas tienen más pasta que una fábrica de macarrones, y es que en Long Island…

 Al parecer a las señoras se les subía la tensión y no tenía nada que ver con la sal… sino con lo que se le subía al stripper.

Según la residencia, ellos contrataron al stripper “de buena fe” para que los ancianos se entretuvieran. Normal, como en las residencias se juega al bingo, querían que vieran bien las bolas. Eso sí, al no tener cartón igual pintaban en la cabeza de un calvo, que el cartón seguro que se le veía.

Pero según los hijos de los ancianos, ellos contrataron al stripper para reírse de los abuelos al ver sus reacciones. Pues son tontos, porque si querían reírse, con haber pillado algunas de las pastillas de los abuelos se lo habrían pasado de maravilla. Porque otra cosa no, tendrán pero pastillas… si en casa de cualquier anciano puede haber más pastillas que en el parking de Pachá Ibiza.

Así que si la residencia ha sido denunciada y los hijos de los ancianos se han llevado un disgusto, el único que habrá ganado algo habrá sido el stripper, que fijo que durante el espectáculo, los abuelos le habrán metido algún dinero en la hucha… que los abuelos son muy de ahorrar.

Si quieres que escribamos para ti, entra en Comedia.

Y si quieres un discurso para bodas, bautizos o lo que sea, entra en Discursos Chulos.