MONÓLOGO DEL DÍA: monólogo de bodas

Ya ha pasado el mes de las bodas, pero también hay locos que se casan en junio… no porque se casen, sino por el calor que hace el día de la boda a las 12 del mediodía, que obligan a pasar a los invitados más calor que Chebwacca vendiendo mantas en la playa.

Y cuando vas a una boda generalmente te entra una misma duda: “¿Qué le regalo?” No le puedes comprar nada a la novia de la lista de bodas porque como lo ha puedo todo carísimo la auténtica lista es ella. Y los regalos que son un trasto no los suelen querer porque hay hasta gente que regala yogurteras. Perdona pero, ¿yogurteras? ¿Alguien ha hecho yogur con una alguna vez? Una yogurtera es un regalo tan mierda que lo llevas a una tienda de Llao Llao y te lo tiran a la cara.

Así que lo normal es darle dinero, y si tienes algo de jeta le pones un poco de eso en un sobre y no pones, pero eso al final se acaba sabiendo porque cuando pasa la boda los novios hacen recuento y te acaban pillando, porque el cubierto les has costado 80 euros y tú le has dado 50. Coño, pues pon el cubierto del plástico como en los aviones que es más barato.

Pero si lo que quieres es regalarle algo original y que entre varios os cueste menos que lo que pensabais darle, pero que a él o a ella no le va a importar porque va a tener un súper recuerdo para toda su vida, regálale un monólogo personalizado, cuéntanos la vida de los novios y te enviamos un monólogo con monologuista incluido que va a ser la envidia del resto de regalos. Y si no te quieres esperar a la boda a regalárselo, puedes hacerlo en la despedida… y darles este regalo también. Un monólogo personalizado con datos sobre su vida que la novia ni se espera y con el que se va a divertir muchísimo. Si no lo crees, mira un ejemplo de una despedida en la que estuvimos.