Hoy hemos decidido hacer un monólogo de altura, no por la calidad de los chistes que eso lo hacemos siempre… siempre que nos salen bien, sino por hablar de las personas altas en general que nunca nos ponemos en su piel y en el día a día tienen problemillas.

Estos en el día a día y en la noche a noche porque las relaciones íntimas van a ser complicadas porque se van a ver poco la cara, la verdad. Y hablando de hacer deporte:

A grandes males, grandes remedios. Eso sí, como no tiene los techos muy altos, el día que su novia le ponga los cuernos no va a caber en el edificio.

Esta foto se llama “el metro”. Bueno, “los tres metros”. Y es que siendo alto viajar en transporte público es un problema. Bueno, en público y en privado.

Porque a este pobre chico le tienen que quitar la capota del descapotable para que entre. Lo bueno es el fresquito que va a tener el chico durante el viaje y lo malo son los mosquitos que se le van a estampar en la cara. Bueno, hay otra cosa mala, tiene que estar muy atento a cuando entren en un túnel porque, si no se agacha, iría por ahí sin cabeza… como el Gobierno.

Ahora entiendo el refrán de: “pies, para qué os quiero”. Aunque lo peor de ser alto es que no puedes hacer las últimas modas como las selfies.

Bueno, las puedes hacer pero la gente no lo va a entender.

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