¡Qué bonito es el amor! Y para algunos lo más bonito es cuando uno se casa… igual no en esta época, porque como hagas el convite al aire libre a la abuela le da la artrosis y os da el día. Que en algunos pueblos no es que haga frío, es que dicen que Walt Disney se quedó así de una boda que tuvo al aire libre en Burgos en noviembre.
Pero es verdad que una boda es muy bonita. Y, más que una boda, una petición. Es el caso de esta chica animadora de los Chicago Bulls que pensó que, mientras bailaba, se había olvidado de la coreografía porque sus compañeras iban a otra cosa.
¡Qué bonito, ¿verdad? Aunque a los espectadores igual lo que les hubiera gustado más es que le hubiera dicho que no porque a la gente le gusta mucho la humillación en público o, como dice Cospedal, cada vez que salgo a dar una rueda de prensa justificando cosas imposibles.
Y para esa gente que le gusta divertirse, nada mejor que darle ese placer y regalarle el día de la boda un monólogo hecho por ti o por un monologuista que va al evento. Un monólogo profesional con anécdotas de los allí presentes es lo más divertido de una boda… hasta que el tío que ya se ha puesto “piripi” se pone la corbata en la cabeza que ahí ya no se puede hacer nada. Pero un monólogo hecho ex profeso (para los de la LOGSE “de forma expresa”… para los de la ESO “de forma expresa” significa “aposta”) para el acontecimiento queda así de bien:
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