La guía con más prestigio (después de la Guía del Ocio) de la gastronomía mundial dio ayer sus Estrellas Michelín y sus galardones han quedado como el Rey Juan Carlos cuando se cae: muy repartidos.
Los estrellados… y ahora no hablamos de Juancar, sino de los restaurantes… pues los restaurantes que han sido como Paquirrín pero al contrario (vamos, que han sido agraciados) están en Madrid, ya que cinco han logrado una nueva estrella. Y los que tenían tres estrellas como un hotel de los que reserváis por Booking, la siguen manteniendo.
Así que todos contentos menos los que van a comer allí… y no por la cuenta, sino porque se llaman Michelín y allí se come poco. Si un restaurante tiene Estrellas Michelín es porque de allí sales con al menos tres michelines de más, no con 300 pavos de menos.
La verdad es que es muy fácil hacer chistes con que en los restaurantes de diseño se come poco… y es verdad, por eso los hacemos, porque a veces te preguntan: “¿cómo ha encontrado el pescado?” Y tú: “Por casualidad, debajo de una aceituna”. Pero lo cierto es que somos incultos porque allí no se va a comer, se va a vivir la experiencia…como “Gran Hermano”, que se va allí a vivir la experiencia y a hacer edredoning, claro. Que luego te dicen: “Es que en la casa todo se magnifica”. Sobre todo se les magnifica a los chicos que andan más salidos que el pitorro de un botijo.
Pero es verdad que en los restaurantes de nueva cocina lo que se viven son experiencias únicas. Hay restaurantes en los que la experiencia es que sólo te dejan oler… y no son los chinos, que hueles la carne podrida que hay ahí y te sales de la peste. Que la experiencia consiste en que no comes la comida, sólo te la dejan oler. Vamos, que te ponen el plato, lo hueles y lo pagas… o haces un simpa y al que no te huelen es a ti. Claro, lo del simpa depende del sitio porque como se te ocurra hacer un simpa en un kebab sale el indio detrás de ti con el pincho de carne, te trincha y te sirve para la cena dentro del rulo. Y lo peor no es que mueras porque te atraviese… mueres por una infección en el kebab porque hay pelos de perroflautas más limpios que el suelo de un kebab.
En fin, enhorabuena a los galardonados con Estrella Michelín y si quieren que escribamos para ellos… que nos hagan una sopa de letras para poder unirlas y escribir algo. O si no, también pueden informarse aquí.
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