Hoy hablamos de las fotos de familia porque mucha gente nos lo ha pedido, concretamente tres personas, a raíz del éxito de nuestro anterior post –también lo leyeron tres personas- pero tú puedes ser la cuarta porque está aquí.

Y es que los momentos vividos en las fotos con los familiares son maravillosos… como los amigos del hijo de Ortega Cano, pues al contrario. Y las fotos de familia ya son bonitas desde que eres pequeño.

Aquí cuando el fotógrafo dijo: “mira al pajarito” el niño se equivocó de animal y miró al “conejito”. Pero no pasa nada porque el niño no tendrá ningún trauma ya que esos recuerdos se borran y no permanecen para siempre en tu memoria como un horror… vamos, que no son una canción de Ismael Serrano. Porque luego hay más fotos de familia una vez superada la lactancia.

¡Qué horror! ¿Se les ha olvidado al niño quitarle la camisa? Porque parece que lleva una y desentona con la foto. Por lo demás todo normal… para ser la foto de familia en el manicomio. Pero como decimos, eso pasa cuando los niños son más pequeños que Messi porque luego crecen, son más maduros y los niños son más estables.

Por estables nos referimos a que las visitas al hospital son estables y constantes porque si al padre se le olvida coger de la mano a su hija para saltar bien él y salir guay en la foto es normal que te pase esto. O esto.

Pero esto no es que se hayan hecho la foto en la puerta del infierno, es que con la crisis todo el mundo está muy atento a ver de dónde puede sacar dinero y creo que la niña había visto un euro y se estaba lanzando a por él. Pero cuando los niños crecen las fotos familiares mejoran porque como los niños ya pueden hacer más cosas que cuando son niños, la imaginación no tiene límites.

Vamos, que para hacer una foto hortera no se han andado por las ramas. Lo que es cierto es que cuando los niños ya se van a la universidad y los tienes criados, para algunos es un respiro y pueden descansar de estar pendientes de ellos todo el día y así, hacerse fotos mejores en sus momentos de mayor relax.

Que no es el caso porque tienen más mala cara que David Hasselhof en una bodeguilla.

 

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Dicen que en todas las familias hay una oveja negra… menos en la de Obama, claro… porque tiene pinta de ser una familia impoluta no por nada más. Pero a veces son los padres los que fomentan que sus hijos les repudien de mayores. Vamos, que pegan menos que Pocholo entrando en el Museo del Prado… porque los cuadros y las rayas no casan bien… suponiendo que el día que entre lleve una camiseta de líneas.

Lo cierto es que hay ejemplos de familias que ya se ven que de mayores no van a tener buena relación y eso podemos deducirlo de las fotos que ponen en sus redes sociales.

¿No os parece una familia súper normal del sur de Missouri? ¿Quién no le ha metido a su hija un hacha en el “entreteto”? Esto lo hacía el padre para reírse y partirse el culo. Pero vamos, conociéndole un poco seguro que este hombre para partirse el culo decide sentarse en el hacha. Esperemos que tras esta foto la familia no acabara en el hospital. Eso sí, hay gente que aunque vaya al hospital no desperdicia la ocasión para hacerse una foto.

Ellos han pensado: “Si ya está aquí la ambulancia, ¿para qué nos vamos a preocupar? Venga, saca la foto que se nos va la luz”. A los que no se les va la luz es a estos:

Ahora ya tienen un maravilloso recuerdo que enseñar en el albergue donde pasarán la noche. Eso sí, hacerse una foto ahí igual parece una locura. Menos mal que hay familias más tradicionales.

¿Habéis visto qué cara de susto tiene el niño pequeño? Normal porque a él no le han dado ni una pistola ni un machete ni un tirachinas para defenderse. Y claro, cuando dijo el fotógrafo antes de sacar la foto: “venga, que voy a disparar”, el niño puso esa cara de susto porque no tenía con qué defenderse. Pero sin duda, la persona que más incomprendida está por parte de su familia y que creemos que no querrá a sus padres en el futuro es esta niña.

Bueno, igual somos demasiado categóricos al afirmar que esta niña no querrá a su familia porque sí que los querrá… querrá meterlos en un asilo.

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